Técnicamente no es seguro seguir,
sin luz. Caras pálidas y tristezas diarias son reales como la esclavitud.
Muchos prefieren callar, pocos exploran ideas nuevas, la indiferencia juega de
forma desleal.
Si no es bueno para ti, no es
bueno para mí. No parece suficiente; no hay nada, nada bueno aquí.
Ahora dices que sientes poco,
cada mañana. Si no resulta extraño te verás tropezando y reflejado en
supersticiones olvidadas debajo de la cama. Las veo romperse y dejándote fuera de lugar.
Si no es bueno para ti, no es
bueno para mí. La pandilla salvaje ha llegado por fin.
Recuerdo que de niño, imaginarme
en el futuro era un sueño eterno, pues este ya tenía dueño original.
Toda la vida intentando romper
esquemas y el mundo diciéndote que te equivocarás, aunque sólo unos cuantos creían
en la libertad y en la felicidad; una oferta de vida y una promesa consciente. Si
no es bueno para ti, no es bueno para mí. La pandilla salvaje no tiene final.
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