sábado, 26 de febrero de 2011

DILES QUE NO VUELVAN

He visto como todo el día recorres la ciudad en busca de la solución perfecta para cruzar caminos distintos sin poder tropezar una y otra vez más. No puedo explicar porque mis historias no tienen final si todo puede suceder y cuando te des cuenta de lo que sucedió, estarás debiéndole tiempo al tiempo y ya será de noche, aquella en la que por un arte de magia casual y las manijas del reloj irán retrocediendo rápidamente hasta llegar a la primera vez en el que fui a caer en manos de un grupo de desertores de la sociedad, quienes fueron obligados a escapar del mundo absurdo en que vivían justamente para eso, para poder vivir. Diles que no vuelvan a salir en medio de una noche de luna, ni mucho menos que se escondan nunca más detrás del cielo, son libres por fin y podrán estar nuevamente juntos, pero diles que no vuelvan aquí, ya que este mundo no les pertenece, ya no hay espacio para más ángeles susurrando entre sueños que el amor es eterno. Apresurado corría en medio de una lluvia de sonrisas y mientras lo hacía, me preguntaba ¿Por qué a mi alrededor veo tanta felicidad? Una niña me tomó de la mano, bárbara la condenada, tanta fuerza tenía y al mirarme vi una luz potente que me cegó por completo, juraría que ella me haría conocer toda la verdad, pero lamentablemente tenía tanto miedo como yo y mientras escapabamos juntos me decía: "Yo te conozco de algún lado". Que disparate de la niña, si nunca nos habíamos visto antes para nada, pero cual fue mi sorpresa que ante el desengañoella yatenía mi corazón en sus manos, baje la mirada y recién pude respirar.